miércoles, 27 de febrero de 2008

Cronicas Pachecas

¡Por fin! Después de años de haberlas escrito, publico ahora una de mis "Cronicas Pachecas", una serie de cuentos absurdos que escribia para mis amigos de internet.

Pero por varias razones, se fueron perdiendo en el tiempo, (cuando virus acabaron mis anteriores computadoras), pero hasta ahorita, logré recuperar una de las crónicas (una de veinte que hice), que pongo aquí, y que espero algun dia seguir con nuevas

Sale.


CRONICAS PACHECAS


La invasión de los usurpadores de sesos.

Después de mi presenciar una abducción extraterrestre, regresaba a Aragón City, en mi super turbo (eeeeerrr... mi vocho 73) esa noche, por cierto, con mucha hambre llegando, todo parecía normal, pero algunos pequeños detalles me indicaban lo contrario; como por ejemplo, la gente caminaba en grupos y demasiado sincronizada, y todos sonreían como idiotas, con la mirada perdida. Pero yo no le di mucha importancia a ello, ya que mi prioridad era comer algo. Entonces vi un puesto de tamales. Yo sin pensarlo, me detuve, me bajé y pedí cinco, pero como nadie me despachaba, tome un tamal... y entonces fue cuando me di cuenta de que no era un tamal normal, ya que éste media unos dos metros por uno de ancho (que tamaño familiar ni que nada), y vi que ese tamal verde fosforescente, tenia una persona adentro, ¡si, un wey! Y volteo a mi alrededor, y veo que esos “tamales” estaban tirados a lo largo de las banquetas, y de ellos salían lentamente tipos encuerados y babosos, y a su vez, había cuerpos desinflados (por decirlo así) regados en la calle y volando en el aire. En eso estaba cuando, del “tamal” que yo había agarrado, empezó a abrirse, y salía de ahí... ¡Pedro Infante!, si, si era. y en lo que el cantaba con una voz muy baja “amorcito corazóooon, yo tengo tentación, de un beeeso”, yo volteaba lentamente para ver que ahora los tipos salidos de los capullos, se acercaban a mí a paso de zombi. Entre ellos estaban Elvis Presley, Selena, Jim Morrison y Chico che, que me señalaban. Entonces me sentí confundido, ya que yo sabia que ellos estaban muertos. O estaba mal informado, o... estaba en el infierno condenado a escucharlos por siempre (¡órale!), y entonces, me dieron “ñáñaras” como a los hermanos Lelos, y abracé fuertemente a Pedro Infante, que ya iba en “el oso carpintero”, y sorpresivamente, Pedro se “apachurró” literalmente como vil refresco de lata y se le cayó la cabeza y demás extremidades. No me importó tanto que yo estuviera lleno de sustancia azul brillante, que expulsara ese cuerpo, si no que me dieron ganas de ir al baño por el puro susto. Inesperadamente, al ver esto, Elvis, Selena y los demás, quedaron paralizados y temblorosos. Yo ya no aguantaba tener junto a mí ese capullo, y lo arrojé hacia Jim Morrison, que reventó como estatua con un cuete del 16 de Septiembre adentro. Solo alcanzó a exclamar “this the end...” Y entonces todos retrocedían, pero unos tropezaron y cayeron de espaldas, quebrándose como cristal. Y para no quedar atrás, saco de la cajuela un palo que guardaba para este tipo de emergencias (y no es albur), y haciendo un homenaje a “Matrix 2” (obviamente no de la parte aburrida) me agarro a palos a todos los monos esos, como los grandes campeones del rompimiento de piñata, y a todos les saqué la FRUTA. Eso gracias a que fueron hechos de material de mala calidad (clonación sustituta biológica PIRATA) y así, se dejaron de escuchar en el ambiente extraños mensajes como “y yo que te deseo a morir, Bip- bap- bup- lup- pap- chis- mai- veibi, ¿quién pompó?” y otras. Al acabar al último ser, se notó un profundo silencio en el ambiente, acompañado de un espontaneo viento que se llevó los fragmentos de lo que quedaba de los seres. Y yo, por instinto o por corazonada, levanto la vista y miro un ovni que se eleva lentamente hacia las estrellas. De súbito, toma velocidad, dejando un arcoiris como rastro. (si, ya se que así pasó en E.T., pero que quieren, esa nave copió la escena). Segundos después, la gente –ahora si, de adeveras- salía de las cloacas y los botes de basura al notar que se fueron los seres, y celebraban jubilosos en la calle. En eso, se prendió una tele grandota de un edificio –que yo ni sabia que estaba- y un locutor anunciaba la huida de los extraterrestres, que había sido atribuida a... una super heroína llamada “la chica estupenda”, nueva defensora de los pobres y pateadora de los malvados. media hora después, yo seguía en el mismo lugar, preguntándome como es que hay gente sinvergüenza, que se queda con el crédito de uno.

Pero después, me pregunté otras cosas mas interesantes: como el por qué extraterrestres harían cantantes chafas, y con material tan chafa. El paradero de la avestruz cantante, la aparición de esa heroína oportunista, y el como era posible que yo aguantara tanto tiempo el ectoplasma que me cubría y que tenia hasta en los chones.


Fue una crónica mexicana del año XXXYKLVVVIIIILLDDDDQQQETC.



Sale.

No hay comentarios: